quarta-feira, 11 de julho de 2012
LENDO OS GRANDES POETAS
IV - MIRANDO EL TIEMPO PERDIDO
Parece, Señor mío, que descansa mi alma considerando el gozo
que tendrá, si por vuestra misericordia le fuere concedido gozar de
Vos. Mas querría primero serviros, pues ha de gozar de lo que Vos,
sirviéndola a ella, le ganasteis. ¿Qué haré, Señor mío? ¿Qué haré,
mi Dios? ¡Oh, qué tarde se han encendido mis deseos y qué
temprano andabais Vos Señor, granjeando y llamando para que
toda me emplease en Vos! ¿Por ventura, Señor, desamparasteis al
miserable, o apartasteis al pobre mendigo cuando se quiere llegar a
Vos? ¿Por ventura Señor, tienen término vuestras grandezas o
vuestras magníficas obras? ¡Oh, Dios mío y misericordia mía!, ¡y
cómo las podréis mostrar ahora en vuestra sierva! Poderoso sois,
gran Dios. Ahora se podrá entender si mi alma se entiende a sí
mirando el tiempo que ha perdido, y cómo en un punto podéis Vos,
Señor que le torne a ganar. Paréceme que desatino, pues el tiempo
perdido suelen decir que no se puede tornar a cobrar. Bendito sea
siempre mi Dios!
¡Oh Señor!, confieso vuestro gran poder. Si sois poderoso, como
lo sois, ¿qué hay imposible al que todo lo puede? Quered Vos,
Señor mío, quered, que aunque soy miserable, firmemente creo que
podéis lo que queréis, y mientras mayores maravillas oigo vuestras
y considero que podéis hacer más, más se fortalece mi fe y con
mayor determinación creo que lo haréis Vos. Y ¿qué hay que
maravillar de lo que hace el Todopoderoso? Bien sabéis Vos, mi
Dios, que entre todas mis miserias nunca dejé de conocer vuestro
gran poder y misericordia. Válgame, Señor, esto en que no os he
ofendido. Recuperad, Dios mío, el tiempo perdido con darme gracia en el
presente y porvenir, para que parezca delante de Vos con
vestiduras de bodas, pues si queréis podéis.
SANTA TEREZA DE AVILA (Avila, 1515 - Alba de Tormes, 1582)
Do livro: POESÍAS E EXCLAMACIONES
Marcadores:
Exclamaciones,
Mirando el Tiempo Perdido,
Sta Teresa de Avila
Assinar:
Postar comentários (Atom)
Nenhum comentário:
Postar um comentário